La llave ya estaba en mi manos.

Una foto que vi recientemente me recordó que mi coach, Carol Harris-Fike, me invito a conversar con una emoción negativa. Años atrás lo hubiera visto como una locura, pero reconocí que era el siguiente paso. Gracias a Dios lo puso en práctica por qué ha cambiado todo. Las practicas que han surgido han tenido enormes repercusiones. Una de las más poderosas es redactar un guion conversando con la emoción.

Mi aprendizaje se ha profundizado al compartirlo con mis clientes. Cada experiencia es impresionante y única. He sido testigo de liberaciones de emociones atascadas y descubrimientos asombrosos que revelan conexiones tan claramente pero que eran completamente invisibles por años. No encuentro las palabras para darles las gracias a estos seres maravillosos cuando me agradecen por acompañarles. Y pensar que todo comenzó con hacer las preguntas y estar dispuesto a escucharme a mí mismo.

Estamos entrenando a evadir emociones negativas desde chiquitos y nos hemos vuelto profesionales a entumecerlas, pero son mensajeros y se toman su trabajo muy en serio. Si nosotros no recibimos el mensaje, suben la voz y golpean la puerta y esto es lo que causa mayor disgusto y malestar. En cambio, si le prestamos atención a la emoción, cumple con su deber, su razón de ser desaparece y empieza a desvanecer.

No pretendo decir que se va por arte de magia. También sé que escuchar malas noticia puede ser muy incómodo y frustrante, pero es mucho más doloroso seguir por la vida fingiendo que no pasa nada, mientras hay algo pendiente ahí adentro. Además, lo que nos confirman las emociones ya lo sabemos. Ignorar, o no ver algo, no significa que no existe.

Decir que se hace sin miedo es mentira. Si no hubiera miedo ya lo hubiéramos hecho. Sin miedo no hay necesidad de valentía. Lo primero es invitarla para enfrentar al miedo y avanzar a pesar de su presencia. El miedo, como las demás emociones negativas son mensajeros cuyo objetivo es protegernos. El mensaje del miedo es alertar que podríamos perder algo (si el contenido del mensaje es una aseveración o apreciación es tema de otra conversación y lo abordo en otros artículos). Pero sobre el miedo te dejo con una pregunta, ¿en qué ocasiones te ha servido como un buen amigo?

Quizás las evadimos por qué las vemos como negativas. ¿Y si realmente tienen buenas intenciones? ¿Considerarías que la tristeza nos visita para demostrarnos lo que realmente es importante e significativo para nosotros? ¿Cómo sería tu relación con el enojo si lo ves como una señal que estás siendo testigo de una injusticia?

Al escuchar el mensaje y permitirnos sentir, caen las paredes de la resistencia y notamos que aquello de lo que nos corríamos no es tan malo. El rechazo y la lucha interna es lo que lo intensificaba. Gran parte del malestar estaba en nuestra cabeza y al conectar con el corazón, las cosas comienzan a tener sentido. También recobramos nuestro poder. Le podemos solicitar, u ordenar, a la emoción que ya no nos sirve que nos permita retomar el volante. Usamos el cuerpo para darle vida a nuestro aprendizaje e incorporar nuevas formar de actuar y por ende de ser.

Cada vez que acompaño a alguien a ver y enfrentar lo que tienen años sin ver, revivo mis propios despertares. Es un círculo virtuoso donde nos ayudamos mutuamente al honrarnos a nosotros mismos. ¿Crees que puede haber algo que nos has considerado? ¿Hay algo que crees haber enterrado, pero con eso quedó atrapada una parte de ti? ¿Sientes que hay algo que te detiene y no te permite ser la persona que sabes que puedes ser? ¿Tienes más que dar y no encuentras cómo? ¿Estas listo para conectar con tu máximo potencial?

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