¿El mundo es como es o es como lo ves?

¿El mundo es como es o es como tú lo ves?

Me he hecho esta pregunta muchas veces desde que me la hicieron por primera vez en septiembre del 2018 en Boulder, Colorado al iniciar mi certificación en coaching ontológico con Newfield Network. También se la hago a otros con frecuencia para ampliar mi punto de vista con el pensar de otros. En general, las respuestas están balanceadas entre las dos opciones. De repente me han dicho que puede ser una combinación de las dos y hace un par de días una persona cuestionó si realmente existía el mundo, desde esa óptica, dijo ella, “no es ni como lo veo ni como es pues quizás ni es”. Me dio mucho que pensar y casi me descarrila por completo al inicio de mi presentación. Tómate un momento para pensar en la pregunta. No necesariamente para contestarla, más bien para “sentarte” con la pregunta.

Hoy en día hay un grupo de personas que alegan que la tierra es plana. En una época relativamente reciente, eso no sonaba como la locura que es hoy. Es más, en ese entonces la tierra plana era el centro del universo y el sol giraba a su alrededor. Hoy lo vemos como ignorancia, pero es parte de nuestra historia y de nuestra lingüística que influye en la manera que nos referimos al “movimiento” del sol al decir que sube y baja. Aun sabiendo como es el mundo, la manera que se vio todavía nos influye.

Copérnico cambio nuestro concepto del planeta al presentar su teoría que el sol era el centro del universo, pero también el nuestro. Dejamos de ser los seres más importantes. Desde entonces incursionamos en una corriente que se enfatiza el mundo exterior. La razón ha sido el protagonista y el enfoque de nuestra atención. El famoso cogito ergo sum de Descartes es un perfecto ejemplo de este estándar. Basta ver la importancia que le damos a lo comprobable, la evidencia, los números y la manera que descartamos todo lo demás.

En 1976, un economista que alegaba que la única responsabilidad social corporativa que tiene una empresa es incrementar las utilidades, que la responsabilidad social (teoría subversiva) es un impedimento para la competitiva económica y el desempeño empresarial fue galardonado con el premio nobel de economía. Estudios recientes demuestran que la inversión en las empresas que promueven la felicidad y el bienestar en sus colaboradores superaron las inversiones en el S&P 500 en un 50% en 2014, los colaboradores felices son 13% más productivos, muestran un aumento de 160% en las ventas, y 400% mayor crecimiento en las ganancias. El hecho de apoyarse de datos de índole externo para comprobar la importancia de lo interno muestra que no es un juego de suma cero.

¿Solo tenemos un planeta Tierra?

Centrarnos en lo externo ha brindado avances exponenciales en el desarrollo tecnológico y progreso como sociedad, pero conlleva efectos adversos. Es posible que estemos viviendo lo que Albert Einstein temía que pasara cuando la tecnología superara nuestra interacción humana. Con esto no digo que debemos darle la espalda a la externo y tirarnos de cabeza en lo interno. Si hacemos eso, probablemente terminemos con otra seria de dificultades. La propuesta es integrar ambos mundos; invitar al cuerpo y a las emociones a que se integren a la conversación.

El estigma de hablar de emociones ha disminuido, aunque para muchos, ver un psicólogo es muestra de debilidad y solo para casos drásticos, en periodos cortos, y sin que se den cuenta. Para tener conversaciones efectivas, debemos sacar las emociones. Tómense otro momento y piensen si realmente es posible tener un solo pensamiento sin sentir una emoción.

El modelo principal de la metodología ontológica es el del observador, acciones y resultados. Si hacer lo mismo esperando resultados diferentes es la definición de la locura, pues cambiar nuestras acciones para obtener resultados tiene lógica. El problema es, ¿Quién diseña la nueva acción? Para cambiar de acciones debemos incluir entrar al terreno del actor; observar cómo observamos, a nosotros mismos, al mundo y la manera que interactuamos con el mismo. El modelo de cuerpo, emociones y lingüística nos brinda un camino sencillo y poderoso para lograr la integración de los elementos que componen la dinámica ontológica del ser.

¿Qué es la ontología y cómo se come?

Brevemente les entrego algunas de las estrategias. La distinción entre aseveraciones y apreciaciones nos permite aterrizar la pregunta inicial de este artículo. Una aseveración es comprobable mientras que la apreciación es una interpretación. Vivimos en nuestras apreciaciones. Muchas veces ni somos conscientes de ellas y son las razones por las cuales tomamos decisiones y actuamos. Dicen más sobre nuestro observador que de la situación real. Entren en juego el contexto histórico, las creencias, y la crianza, nuestra o de otros. Los quiebres en transparencia (abordados a fondo en el artículo anterior) son excelentes oportunidades para traerlas a la superficie, observarlas y decidir si nos sirven o las deseamos reemplazarlas con unas que se alinean con quien somos y queremos ser. Un buen inicio es hacerse dos preguntas, ¿Cuál es el beneficio? y, ¿Cuál es el precio? Esta reflexión debería proporcionar luz sobre el asunto, aunque solo se vea al final del túnel.

Quizás has notado que los demás y situaciones externas pueden afectar tu estado de ánimo y corporal. Practicar las cuatro 4 disposiciones corporales de estabilidad, resolución, apertura, y flexibilidad puede influir tu estado y, por ende, la manera que te presentas ante el mundo. Al familiarizarte con ellas sabrás la que mejor te servirá según la situación.

Muchos nos sentimos desconectados de nuestras emociones, nos cuesta regularlas y hasta reconocerlas producto de la tendencia de cientos de años descrita anteriormente. Un ejercicio sencillo para conectar con tu realidad emocional es poner la palma de tu mano izquierda sobre tu corazón con el dedo índice y pulgar paralelos a tus clavículas para darle voz al cuerpo y al corazón a través de tu garganta; simplemente pregunta y escucha. Es impresionante ver la rapidez con que, personas que me aseguran que no sienten y no creen, me responden con asombro. Y para entrar en ambos terrenos a la vez, cuando sientas algo y no sepas porque, cierra los ojos y ubica la manifestación física de la emoción. Obsérvala sin juicio, pero con curiosidad.

¿Listo para volar?

Si sientes nervios que rechazan estos conceptos o un miedo que te paraliza para seguir en lo mismo - no estás solo. Todo lo que es nuevo y diferente asusta y es frustrante. Solo ten en mente que a la larga es más frustrante seguir por la vida con revoluciones altas y segunda con el freno de mano puesto (por ser lo conocido) que aventarse a ver lo que eres capaz de lograr al permitirte desarrollar tu potencial auténtico y pleno.

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